COLON 0 - BOCA 1
Boca se repetía y no encontraba cómo llegarle a Colón hasta que apareció un tremando tiro libre de Román. Se vuelven de Santa Fe con un triunfo que trae calma. Ahora hay que recuperar el juego.
Los mejores pies del fútbol argentino necesitaban tutearse de una vez por todas con un triunfo. Boca necesitaba que Riquelme marcara la diferencia. Esa que en los papeles todos les reconocen pero que no se había podido reflejar en los resultados de su equipo. Pero un día tenía que llegar y fue un tiro libre impresionante (busque el adjetivo que mejor le guste) con el que rompió esa seguidilla frustrante de Falcioni y compañía.
Boca no jugó bien. Mostró algunas señales de recuperación, pero también muchas luces de alerta. Colón tardó en meterse a jugarlo. Salió muy a la expectativa, quizá con el objetivo de aprovecharse de la ansiedad ajena sin darse cuenta de que atacándolo, podía lastimarlo.
El nuevo esquema de Falcioni, con Román más suelto arriba pareció darle más profundidad. Sólo pareció. Riquelme estuvo más cerca de Palermo y buscó asistirlo, pero la mejor para Martín llegó por un centro largo que Palermo no pudo resolver. Sin llegadas de gran riesgo, los nervios le jugaban en contra a los dos. ¿O cómo se explica que se prestaran tanto la pelota? ¿Que la línea media perdiera tantos pases sencillos?
Falcioni ya había decidido que saliera Palermo pero vio venir un tiro libre y lo dejó en cancha. El centro podía ser su última jugada, pero Riquelme eligió otra cosa. Eligió mostrar que su pie está intacto y le pegó con esa mezcla imparable de eficacia, belleza y potencia.
Si jugando mal o bien, perdió igual. Si jugando más o menos, no supo ganar. Este Boca se aferró a una victoria que sirve para apagar tanto fuego. Sufrió y se alivió por una buena atajada de Lucchetti sobre el final cuando Acosta le dio un fierrazo en la más peligrosa de local.
Un regreso de Santa Fe con tres puntos que traerán calma, sin dudas. Ahora es tiempo de que aparezca el juego...
Fuente: Diario Olé