HERNAN CRESPO

    RIVER

    "A River iba por el viático"

    Hernán Crespo detalla por qué no terminó su carrera en el Millo: "Se vende humo y se aprovechan del amor del club", dice. También cuenta su competencia con Bati, cómo conoció a Messi y su futuro como DT.

    -¿Cuándo te retiraste? No se enteró nadie...
    -En enero de 2012. Había hecho una carrera más que suficiente, jugué todos los torneos que quería jugar, Mundiales, Champions, Libertadores, torneo argentino, Copa UEFA, Copa Italia, Supercopa italiana, Juegos Olímpicos, y estuve a la altura de las circunstancias.
    -¿No te daba para jugar un añito más en River?
    -Yo tenía pensado terminar mi carrera en Europa. Pero cuando Passarella dice durante su campaña que me quería repatriar, me dio un cosquilleo... Igual, tenía contrato con Parma, y para comprarme River debía poner plata que no tenía. De todas maneras, en ese año y medio no me llamó nunca. Entonces, cuando terminé mi contrato con Parma vine al país, pedí su teléfono, y lo llamé. Yo nunca contacté a Moratti para ir al Inter, ni a Abramovich para jugar en el Chelsea, ni a Berlusconi para que me llevara al Milan. Pero bueno, era River. Le dije a Daniel que nos juntáramos a hablar y le di mi teléfono. Pero mi teléfono nunca sonó. Entiendo que esto fue en la semana del partido con Estudiantes, en cancha de Quilmes, cuando todavía no se sabía si River iba a seguir en Primera. Pero bueno, yo por las dudas ya había programado vivir en la Argentina: busqué colegio para mis hijas, casa en Nordelta...
    -¿Volviste a hablar con Passarella?
    -No. Hoy cuento mi verdad porque River tiene 29 puntos, está en la A, estabilizado... En su momento asumí culpas que no me correspondían en pos de la tranquilidad de River. Pero hoy puedo hablar. Y la realidad no es que no volví a River por falta de deseo o por la plata. En River jugaba por los viáticos.
    -Almeyda también dijo que no hablaba de algunas cosas en pos de la tranquilidad de River.
    -Por algo comimos el asado juntos... Con Matías sabemos lo que es River desde chiquitos. Nos unen mil batallas. Y entendimos que, muchas veces, el amor por una institución hace que a veces calles cosas.
    -¿Cómo lo viste?
    -Bien. Un poco triste, pero muy fortalecido por cómo lo tratan los hinchas. Y tiene la conciencia tranquila. Es un hombre de bien.
    -¿Creés que volverá a dirigir en breve?
    -Ojalá. Le agarró el gustito. Pero está claro que será más profesional con el próximo equipo al que dirija, dejará de lado los sentimientos. En River le costó manejar algunas situaciones, ser más objetivo, pagó el excesivo amor por River. Y mucha gente se aprovecha de eso. Se manejan discursos fáciles. Vi mucha demagogia en varias situaciones. Mucho amor por la camiseta, pero pocos hechos. Y eso duele, porque le estás vendiendo humo a la gente. Y Matías siempre cantó la justa.
    -¿Pasarella vendió mucho humo?
    -Eso no lo puedo decir. No soy quien para juzgarlo. Si pienso en lo que a mí respecta, digamos que no respetó lo que hizo. No costaba nada llamar...
    -Al que finalmente sí llamó fue a Ramón Díaz. ¿Cómo lo ves?
    -El combo Ramón-Bianchi le hace bien al fútbol argentino. Hay expectativa.
    -¿Cómo te llevabas con Ramón?
    -Los primeros seis meses fueron muy duros, jugaba poco, me quisieron mandar a préstamo a Japón... Pero después del Preolímpico de Mar del Plata, en el que hice muchos goles, me gané una oportunidad. Y ganamos la Copa...
    -¿Es la época del Ramón que te dijo “marcá al 14”, y el 14 había salido? -Ramón agarró muchísima seguridad después de ganar la Libertadores. Pero sí, hay muchas anécdotas de ésas. La de Moreno y Fabianesi, Jardel con Gardel, muchas... Pero es entendible. Era un DT nuevo, dirigía a grandes figuras, nada fácil. Aunque era un grupo de buena gente. E inteligente. Salieron varios entrenadores de ahí.
    -¿Vos cuándo empezás?
    -Voy a terminar mi curso en junio, en Italia. Luego, trabajaré donde sea. Si es acá, tendré un cuerpo técnico argentino, y si es en Europa, italiano.
    -Tuviste muchos DT, y muy buenos. ¿A quiénes tomás de referentes?
    -Te hago un combo. Me gusta muchísimo la gestión humana de Ancelotti, la motivación y la metodología de trabajo de Mourinho, que además sabe manejar a las estrellas, y el desarrollo y la mejoría que logra en el jugador Bielsa.
    -¿Al Cholo cómo lo ves?
    -Bárbaro. Simeone generó un envión anímico importante, que es clave. Pero el jugador, cuando estás ante un ídolo del club, te escucha dos semanas y después, si no le das sustancia, no te sigue más.
    -¿Y a Verón manager?
    -Tiene un buen proyecto. Se juntó con Pepe Sánchez, Pichot. Creo que es un movimiento para escuchar, una buena manera de empezar a cambiar algunas cosas de nuestro fútbol.
    -¿Te gusta la Selección?
    -Sí. Sabella es la persona ideal para dirigirla. Por su perfil, sus ideas. Ale, además de ser una persona extraordinaria, tiene muchos años de fútbol. Supo formar un grupo, algo muy difícil. Armó una base, con un líder como Leo. Pero es un líder diferente, un líder crecido en Europa. No es un líder propagandista, popular en cuanto a declaraciones. Evita la polémica.
    -Diferente a Diego.
    -Lo de Diego es incomparable. Diego es un ídolo popular. Genera cosas con sus frases, sus opiniones, y Leo no quiere generar ni simpatías ni antipatías: él quiere jugar al fútbol y disfrutar jugando al fútbol. Deja que los problemas los resuelvan los políticos. Y no me parece nada mal. Igual, no hay que compararlo, sino disfrutarlo.
    -Cuatro Balones de Oro. ¿Qué te dice eso?
    -Que se lo den hasta que se retire... Todo lo comparado con Messi es nada. Y tampoco es así. Yo firmo mañana ser el segundo de Messi, ser Ronaldo. Leo es increíble. Quiere jugar hasta los amistosos. Porque le gusta jugar al fútbol. Una vez le dije: “¿Cuándo voy a ver una foto tuya en la playa? Descansá un poco”. Es patrimonio del fútbol mundial. Y pensar que él me admiraba a mí...
    -¿Cómo es eso?
    -En 2004/2005 nos cruzamos en un Milan-Barcelona, por Champions. Yo estaba en el vestuario y me agarra el utilero: “Hay un chico del Barsa que te quiere conocer”. Y entonces vino Leo y me dijo: “Soy argentino, de Rosario, juego en el Barcelona”. Y bueno, nos sacamos una foto, le hablé un poquito. No sabía que al año siguiente me iba a dejar afuera de la Champions con el Chelsea, je. Messi es especial. No es igual nunca. Hoy no agarra la pelota tan atrás, lastima muchísimo más adelante, patea tiros libres, ataca el espacio, no pide siempre la pelota en el pie, se ha cansado de hacer goles entrando por atrás. Y eso es porque siempre quiere mejorar. A mí me divertía mucho jugar con él. Yo jugaba sin jugar con él.
    -¿Cómo es eso?
    -Yo me iba. Si me acercaba, le traía la gente. Entonces lo dejaba, me alejaba, me llevaba un par, y él iba limpiando a todos los rivales. En algún momento me la iba a dar. Me acuerdo un gol con Estados Unidos, por la Copa América, en el que yo ya no sabía dónde más alejarme, je. Y cuando juntó a todos los defensores me la dio e hice el gol. Me fumaba un faso jugando con Messi. Yo le decía al Pipita, a Agüero: “disfruten de jugar con Leo”. ¿Sabés qué lindo saber que empezás todos los partidos 1-0? -Te va a pasar como goleador de la Selección.
    -Creo que va a terminar siendo el máximo goleador de la Selección.
    -Es decir que también va a pasar a Batistuta. ¿Te costó ser contemporáneo de Bati? -No. Ni me costó ni él me lo hizo pesar. Lógico que hubiera querido jugar mucho más de lo que jugué, pero jugué mucho, eh. Bati era Bati, pero yo sabía que en Francia 98 el titular era yo. Pero me desgarré un mes antes del Mundial. No jugábamos con armas iguales, él estaba bien y yo no. Cuando sí me la jugué mano a mano fue en 2002. Antes de que empezara su ciclo, hablé con Bielsa y le dije: “Si tengo que ser suplente, luchar contra un apellido, prefiero no ser parte de este proceso”. Yo quería saber que si estaba bien, jugaba. Marcelo me dijo que iba a jugar el que mejor estuviera.
    -Y en el Mundial 2002 terminó jugando Bati.
    -Yo fui el goleador de las Eliminatorias, y de toda la era Bielsa. Y titular hasta el último entrenamiento. Digamos que un poquito de bronca tenía... Pero me la tuve que comer. Andá a saber lo que vio... Yo hice lo que tenía que hacer. Era goleador del fútbol italiano, de la Selección...
    -¿Cómo vivían ustedes la polémica?
    -Nosotros nos cagábamos de risa. Teníamos re buena onda, competimos muy lealmente. Incluso, cuando me lesiono feo en el Inter, los dirigentes vienen y me dicen que necesitan un 9, y me preguntan si me molestaba que trajeran a Batistuta. Y les dije que lo compren de una. Es más: me molesta que a Bati no le hayan dado una plaqueta, el puntapié en un partido de Eliminatorias, un partido homenaje con la Selección. No sé, me parece...
    -¿Y vos vas a tener partido homenaje?
    -Me gustaría despedirme con la camiseta de River, volver a jugar con todos los muchachos del 96. Me quedó atragantada la posibilidad de volver a River...
    Fuente:Ole

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