Futbol

Martín Quiles : señor de los ascensos...
En dos años, Martín Quiles pasó del Argentino B a la Primera división. En Alvarado y en Quilmes, el marplatense pegó dos saltos impresionantes y días después del último, estuvo con El Atlántico para compartir la inmensa alegría
"Esta chance le llega por eso. Mostró todo en el último Argentino B donde fue muy importante para lograr el ascenso. Y no tengo dudas de que el año que viene va a estar jugando en Primera”. Firmado: Daniel Di Fonso. Aquel 1 de agosto de 2008, el “Tano” dejó su opinión sobre Martín Quiles, un jugador que él conoce mucho y que en ese momento, se iba de Alvarado a Quilmes. El hoy entrenador de Independiente en el torneo local, le erró por un año. El defensor marplatense llegó a Primera hace poco. En dos años, saltó dos categorías.
“Siempre fue muy profesional. En todos los trabajos fue el primero en hacerlos. Empezó el gimnasio desde chico cuando estábamos en los Latinoamericanos. Es muy serio. Y en la cancha tiene muchas virtudes. Sabe ubicarse, manda. Tiene mucho timming y de arriba anda muy bien. Es fuerte, impone respeto, es cumplidor y muy completo. Llega a todas”. La radiografía, también la hizo Di Fonso en aquella opinión sobre uno de sus “pollos”.
El “Torito” había ascendido con “Quique” como pieza clave y Pascutti lo quería en el “Cervecero”. Y aceptó el desafío. Le costó adaptarse, tener sus chances, pero no se fue del camino que lo iba a llevar al fútbol grande. Días atrás tuvo su recompensa y aunque quiere más, confiesa que aún le cuesta asimilar lo que logró. Quilmes ascendió a Primera con Quiles como marcador lateral derecho titular y la alegría es tan inmensa como su progreso profesional. “Estoy re contento. Muy contento. Es un logro muy importante del que todavía no tomé noción de la dimensión que tiene. Logramos un objetivo. Estoy disfrutando de haberlo cumplido”. En medio de su descanso, Martín Quiles se hizo un hueco y pasó por la redacción de El Atlántico para compartir sus sensaciones.
- Aunque te haya tocado jugar de “4”, te debés sentir orgulloso de ser parte del ascenso.
- Ni hablar. No me importa. Sabía que yo quería jugar y se hizo el hueco por ahí. Traté de adaptarme a la posición y de mejorar en lo que se pudiera aunque sé que me falta mucho. Pero también sé que algo progresé. De chiquito jugué ahí, pero toda mi carrera en Primera fue de central o stopper como mucho. Y el nivel de Nacional B, es bastante exigente.
- En el Alvarado de Philipp que ascendió, eras el líbero, pero esto es distinto.
- En Quilmes jugué algunos partidos de central, cuando se abría el hueco. Pero hubo un cambio de técnico en el medio, que influyó en mi posición. Arrancamos con Bianco y se me hizo el espacio por el lado de Noce y entré de lateral. Cuando vino Ghiso, me dijo que me tenía como central. Dije “bienvenido sea”; y llegó Martínez de “4”. Me había mentalizado en tratar de progresar y los primeros seis meses me costaron bastante. Siempre se me hizo un espacio y después, a remarla.
- Alguna vez te encontraste pasando al ataque y te preguntaste “dónde estoy”?
- El otro día hablaba con mis amigos, que unos entienden el fútbol más que otros. Es raro. Les hacía una analogía con lo que puede pasarles en un trabajo. “Estoy haciendo algo que no sé, que no hice nunca. Le puedo poner todas las ganas del mundo, pero si no sabés hacerlo, es obvio que le vas a errar”. Sé que me falta un montón pero miro para atrás y veo un progreso. En el último partido, contra Belgrano, ataqué mucho en relación a lo que lo hacía antes. Eso gratificante. ¡Me encontré hasta dentro del área rival! (risas). Pero creo que también corre mucho lo físico. Soy joven y me considero con un buen estado físico, pero el trabajo es otro y el cuerpo se tiene que adaptar a otro kilometraje. Es otro recorrido. Había partidos en los que me cansaba. Me costaba hacer el carril. Porque era salida por derecha.
- ¿Y alguna vez te pusiste a pensar en todo lo que lograste en dos años?
- Cada semestre, mirás para atrás y para adelante, por lo menos lo más próximo. Y me pasaron muchas cosas, por suerte buenas. Pero no me puse a pensar.
- ¿Te costó mucho la adaptación en cuanto a lo físico y al juego?
- No, no. Al contrario. El Argentino B es un campeonato mucho más físico, más fuerte. De más choque. Éste, si bien tiene sus mañas, palpo en compañeros, veo de dónde vienen y entiendo su juego. Me pasa con Meza Sánchez, que estuvo en la B Metropolitana y es un juego más físico. Distinto al Argentino B, pero parecido en lo físico. Y en la cancha se nota.
- ¿El objetivo del equipo siempre fue ascender?
- No fue brillante lo que hicimos, está a la vista. Pero se logró el objetivo que nos pusimos en la pretemporada. Hubo muchos equipos que se quedaron afuera y estaban en la misma. El campeonato largo tiene eso, amortiza los bajones que en uno corto. Por suerte nos sirvió. Tuvimos picos altos, cuando agarramos la punta y ganamos mucho de visitante, algo que costaba mucho. Fuimos progresando y si bien siempre supimos que el techo era más, lo notamos.
- ¿En el último tramo del torneo sintieron que se “ensució” el rendimiento aunque el objetivo se cumplió?
- Se hizo difícil porque llegó el momento de definir el campeonato y había varios equipos arriba. Un pelotón de seis que peleaban por cosas importantes arriba y los otros debajo de la tabla. Defensa y Justicia, Platense. La mayoría de los equipos pelearon por algo y entonces todos dieron la vida.
- ¿Cuándo te diste cuenta de que el ascenso estaba cerca?
- Cuando los resultados de los otros partidos nos acompañaban. De los últimos 15 puntos sacamos 4 y eso es ilógico para un equipo que pelea el campeonato. Fecha a fecha, se daban resultados que nos servían y decías “no podemos desaprovechar esa oportunidad” y valoramos mucho más algunos “puntitos” que sumamos poniéndole el hombro. Nadie quería empatar, pero finalmente fueron muy valiosos.
- En el partido con Platense sintieron una presión aunque jugaron con un equipo que estaba casi descendido.
- Pará, pausa. Que ellos se jugaban todo ahí eh. Fue una final. Ese era “el partido” para ellos. Reaccionamos a tiempo aunque empezamos perdiendo y lo empatamos con empuje. Festejamos ese punto cuando llegamos al vestuario y vimos los demás resultados.
- Mientras Quilmes perdía, se jugaban otros partidos.
- Sí, pero nosotros pensábamos en nuestro partido. Si pensábamos en el resto, era imposible revertirlo. No es bueno pensar en los otros, más en nuestra situación, que no dependíamos de nadie.
- Volviendo a tu llegada al club, arrancaste sin muchas chances.
- Sí, pero creo que es por la adaptación lógica del avance. Venía de dos categorías más abajo. El juego es otro, me fui de mi ciudad, de mi casa, estaba solo en Quilmes. Era la primera vez que entraba a un grupo armado. Acá en Mar del Plata, los que venían de afuera eran otros, y esta vez me tocó a mí. Fue al revés. Así que el primer año, en lo deportivo y en lo personal progresé aunque no estuve jugando mucho.
- Pensando en lo que viene, ¿te imaginás marcando a algún delantero, jugando en algún estadio imponente?
- La verdad que no. Sinceramente no sé. Estoy asimilando el ascenso. No me puse a pensar eso. El otro día un amigo me decía “vas a jugar en el Monumental y vas a marcar al Burrito”. Pero yo ya lo marqué, porque jugó en Independiente Rivadavia de Mendoza. Pero seguramente va a ser muy lindo. Estoy llegando a niveles futbolísticos que siempre soñé y quise. Con este ascenso, es todo muy profesional. Es un desafío nuevo, empezar en un nivel más avanzado.
- ¿Qué pasó con la polémica que se armó con el periodista Gabriel Anello?
- Sinceramente no le presto mucha atención a lo que dicen en los medios. Sé que nos estuvieron “pegando” porque decían que el campeonato estuvo arreglado. Pero yo estuve ahí y puedo asegurar que no es así. Porque pasaron cosas que deberían haber sido al revés. Hay ejemplos concretos que demuestran que no fue así. Nosotros siempre lo supimos. Se habló mucho.
- ¿Al plantel le molestó mucho?
- Al principio sí, pero después nos reíamos. Le decíamos al “profe” para qué entrenábamos fuerte si íbamos a salir campeones igual. Cosas así. Pero en realidad no le dimos mucha bola.
- Pontiroli, Ribonetto, Caneo, Sava y Herbella, son apellidos reconocidos en el fútbol grande. ¿Aprovechaste ese contacto diario para conocerlos y “utilizarlos”?
- Está muy bueno. Son jugadores de mucha experiencia en lo futbolístico y desde lo humano. Gente que tiene kilómetros encima y se aprende mucho. Con ninguno en particular hice una relación fuerte digamos. Tuve momentos. Con cada uno vivenciás cosas distintas. Herbella es una persona que le encanta entender por qué pasan ciertas cosas. Conoce muchos lugares, viajó mucho. Cualquier duda que tengo, fuera de lo futbolístico voy a él y le pregunto. Y me va a dar una respuesta objetiva y fiable.
“O le ponés el pecho o te volvés”
“Cambió mucho desde que llegué hasta hoy. Le encontré la parte buena. Ni bien llegás estás pensando en que extrañás, que estás solo, lejos de tu casa y encima no estás jugando. La cabeza te da vueltas. Es un momento feo hasta que te adaptás. Pero no te queda otra. O le ponés el pecho o te volvés. Es simple”. A Martín Quiles, como a cualquier persona, le costó llegar a sentirse bien por completo en su nueva etapa de vida tanto profesional como humana. Se fue a otra ciudad, estuvo solo y pasó momentos complicados. Sin embargo, aguantó.
- ¿En algún momento flaqueaste?
- Sí, en los primeros seis meses hablé mucho con mi hermana, con mi viejo. En todo momento sabía que no me iba a ir. Pero te molesta, me salía de adentro. Todos me decían que no haga locuras, que si quería jugar al fútbol, estaba ahí nomás. Sino, que volviera y trabajara en la Municipalidad, que me iban a pagar bien todos los meses e iba vivir tranquilo. Pero no era lo que yo quería, así que me la tuve que bancar.
- ¿Estás estudiando fotografía?
- Sí, busco cosas para pasar el tiempo. Estoy solo, con toda la tarde y la noche libre. Al principio estaba con la cabeza en adaptarme, pero una vez que la logré, empecé a hacer cosas que me “llenaran”. Sé tocar la guitarra también. Lo de la fotografía fue muy raro. Me interesaba y una vez lo escuché al “Colorado” Sava hablando sobre eso con otro compañero en un viaje de avión. Le pregunté qué onda y me dijo que hiciera un curso porque estaba buenísimo. Él sabía porque ya lo había hecho. Me terminó de cerrar y lo empecé.
“Estaba como filmando”
Una de las cosas más importantes que le pasaron a Martín Quiles en esta campaña del ascenso con Quilmes fue marcarle un gol a Aldosivi. El marplatense, recordó ese momento entre risas.
- En un recuadrito aparte, muy especial, debés poner el gol que le hiciste a Aldosivi.
- Eso fue algo completamente anormal. No sé qué pasó, pero la cuestión es que estaba en el Mundialista, jugando contra Aldosivi, con la camiseta de Quilmes y empujando la pelota a la red. Gol, ganamos 1 a 0 con gol mío. No tiene explicación.
- ¿Cómo fue eso?
- Ni me acuerdo. Sé que la pelota se fue del área y yo, el defensor, debería haber vuelto; pero me quedé ahí y no sé qué hacía. Estaba como filmando y pateé, la tocó el arquero y me quedó. La empujé y gol.
¿Y el festejo?
- Se enmudeció el estadio. No entendía nada, no sabía si estaba habilitado. Así que lo miré al línea y mis compañeros me vinieron a abrazar. Así se hace un gol (risas).
- ¿Cuántos goles tenés?
- Uno (risas). En el Argentino B, en Alvarado, no hice ningún gol. Sí por ahí en la Primera local, pero dos o tres nada más.
- ¿Lo pensaste o lo soñaste alguna vez?
- No, no. Lo que yo quería era jugar contra Aldosivi. Eso lo tuve más tiempo en la mente. Por mi pasado en Alvarado, porque respiré mucho tiempo el fanatismo y quería vivenciar un clásico. Lo había jugado en Inferiores y fue hermoso, pero no es lo mismo.
- ¿La gente de Aldosivi te hizo sentir que no eras bienvenido?
- Un poco, no mucho. Era obvio. Jugué años en Alvarado, pero no fue nada del otro mundo
Por Bernardo Rolón y Germán Ronchi
gentileza : diario el atlantico

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