ESPAÑA
Era un clásico parejo en Madrid, un penal de Messi adelantó al Barcelona y el Real lo empató con otro que no fue de Cristiano Ronaldo. El miércoles tiene que haber un ganador en la final de la Copa del Rey. Y después la Champions...
Jugar un partido pensando en otros no es fácil. Pensar un partido sin jugarlo, tampoco. Los dos sabían que la derrota dolería más por lo que se viene que por la Liga en sí. Los ocho puntos que le llevaba el Barcelona eran demasiados para pensar en la recuperación, pero para el Real perder era potenciar en sus cabezas esta sensación de invencible que se creó con el Barsa.
Mourinho ya le complicó la vida a Guardiola y compañía dirigiendo al Inter y se le ocurrió que presionando y raspando podía frenar ese aplanadora. La cuenta era simple: si cuando fueron a "jugar" se comieron cinco, había que cambiar. Ozil al banco fue la primera señal. La presión y el pasto alto (¿fue a propósito?) dificultaron el control al ras del piso del Barsa. El circuito Xavi-Iniesta no aparecía y Messi, menos. El problema para el Madrid es que su esquema le funcionaba por partes ya que de atacar, poco y nada.
Los últimos minutos del primer tiempo despertaron ilusiones. Messi se cansó de lo chato que pintaba todo y apiló jugadores de derecha a izquierda para sacudir a Casillas. Pero al toque, Cristiano Ronaldo saboreaba el primero cabeceando al gol, pero Adriano se la sacó en la línea.
No parecían llegar cambios tácticos, hasta que Albiol le hizo tres penales en uno a Villa. La roja y el gol de Messi rompieron el planteo del Real. Con orgullo, se adelantaron, apostaron y les salió bien. Es cierto, Barsa pudo haberlo liquidado en más de una contra, pero no lo hizo. Tan cierto como el penal que le regalaron al Madrid.
Un empate de dos equipos que de tanto estudiarse, tardaron mucho en jugar. Recién la adrenalina de los últimos quince minutos estuvo a la altura de tanta expectativa. Con ida y vuelta constante, con arqueros figuras, con cracks comprometidos. La historia seguiría el miércoles por la final de la Copa del Rey. Ahí el empate no cerrará el día.
Fuente: Diario Olé
