"Soy el último técnico que ganó un Superclásico, je"

Falcioni habla de su nuevo Boca y de lo que será un torneo histórico: el primer sin River. "Me enteré del descenso por los mensajitos de mis dos hijas", dice. Y picantea: "¿Hay torneo de verano?".
-¿Cómo fueron las primeras vacaciones después de un semestre como técnico de Boca?
-Pensando. Fuera del país, pero con el teléfono a full. Nunca me desenchufo.
-La imagen es Falcioni, la playa y el teléfono. ¿Y tu mujer dónde quedaba?
-Al lado, leyendo un libro, je. Yo le decía: “Voy a la oficina”. Y utilizaba un tiempo de esa mañana o de tarde para hacer todo. Hablaba con el presidente o con los jugadores, buscando cosas, buscando posibilidades, convenciendo a alguno para que venga.
-¿Tenías una oficina en la playa?
-Sí, la reposera. Desde ahí hacía todo.
-¿Nunca te desconectaste del Mundo Boca?
-Es difícil en esta profesión desenchufarse.
-Y como DT de Boca, la gente que te reconocía debía decirte algo...
-A los que estamos en el fútbol nos pasa siempre que nos reconocen, más cuando estás en un club de alta exposición como Boca. Pero con todos los argentinos que conocimos, la pasamos bárbaro. Hablamos poquito de fútbol, casi nada. El único tema no éramos tanto nosotros, sino nuestros primos, que estaban por una situación difícil y comprometida.
-¿Cómo vivieron el descenso a la distancia?
-De lo que pasó en el primer partido en Córdoba, me enteré después. Y del último, con mensajes directos, permanentemente. Me mandaban secuencias del partido. Impensado.
-¿Quiénes eran tus informantes?
-Mis dos hijas. Me mandaban cada detalle, secuencias del partido por mensaje de texto.
-Por lo que le pasó a River, ¿hay que tener otros cuidados?
-Sin ninguna duda. Esa tabla siempre la tenés que mirar. Me tocó estar en equipos en los que tenés que andar sumando, restando y dividiendo todos los días. Lo de River fue impensado, esa es la palabra. Nunca pensé que podía no estar y que podía no haber superclásico. Nosotros no estamos comprometidos, pero sí hay que tener cuidado.
-Puede ser importante tomar consciencia de los riesgos...
-Sí, pero debemos mirar para adelante. Hicimos la mejor campaña de las últimas cinco, ahora hay que elevar eso aún más. Hay que pensar en la tabla de arriba y, en consecuencia, alejarnos de la de abajo.
-Y sin superclásico...
-Es impensado. Sin superclásico. Fui el último técnico que ganó un superclásico, je.
-Te van a dar una medalla por eso.
-El último que ganó los últimos dos o tres, con los de verano. ¿Ahora va a haber torneo de verano?
La risa de Julio Falcioni es curiosa. Como una “e” que se multiplica durante unos segundos, como un carraspeo de la garganta que apenas se escucha y que asoma mientras tuerce la boca hacia un lado. Y la suelta cuando tiene una buena ocurrencia, por lo ingeniosa o divertida. “En el vuelo de regreso me encontré con Silva, estábamos sentados al lado en el avión, volvimos hablando los cuatro, mi familia y la suya. Pero fue casualidad el encuentro, eh”, explica el entrenador.
-¿Lo convenciste a Silva para que venga a Boca?
-Es un jugador importante, vamos a ver...
-¿Volviste a ver los partidos del torneo pasado?
-Sí, tenemos almacenados todos los videos de todos los partidos y todos los entrenamientos de las pretemporadas, más compactos de jugadores que fuimos viendo, compactos de rivales. Tenemos una videoteca importante.
-¿Qué conclusión sacaste al repasar el torneo?
-Que de no haber tenido un comienzo tan irregular, el final hubiera sido diferente. A partir de la octava fecha, el equipo tuvo un rendimiento bueno.
-¿Ahora se siente la obligación de tener que pelear el campeonato?
-Sin ninguna duda. No se siente la obligación, pero la tenés. La hemos tenido en todos los equipos donde hemos dirigido, pero en Boca con más razón.
-¿Se le transmite esa obligación al plantel?
-El jugador que está en Boca sabe de esa obligación de pelear el torneo.
-Si salís segundo en la Argentina y en Boca no te lo reconoce nadie...
-El que vale es el campeón. Siempre es bueno estar en la pelea, en la lucha, pero el que vale es el campeón, acá y en cualquier lado. Acá, al que sale segundo se lo cuestiona. Si Vilas perdía con Connors una final, se lo criticaba... Si Sabatini era la segunda del mundo, se la criticaba. Y eran los mejores.
-Sabés que si perdés tres partidos, se te va a empezar a cuestionar...
-Eso le pasa a todos, siempre estaremos así. Todo se cuestiona. Hay que aceptar las reglas, aunque a veces una decisión de juego en una instancia modifica todo el desarrollo.
-¿Es difícil pensar a largo plazo cuando tres derrotas pueden llevar a cambiar a un técnico?
-Yo creo que hay que respetar y darles continuidad a los procesos y a los trabajos. De hecho, de los cuatro equipos que están en semifinales de la Copa América, tres tienen continuidad de trabajo: Tabárez en Uruguay, Martino en Paraguay y Farías en Venezuela. Esa continuidad lleva tranquilidad, respaldo de los jugadores, compromiso, muchas cosas que en este fútbol son importantes. Ya está comprobado que cambiar al técnico no es la solución de nada. Los equipos que más cambiaron de técnico son los que fracasaron a lo largo del año, los perdieron al final la categoría o tuvieron problemas...
-Esas selecciones tienen muchas menos figuras que la Argentina...
-A esos buenos jugadores tenés que llevarlos a un buen equipo. La individualidad te marca la diferencia en un partido, en un campeonato la marca el conjunto. Hablo de Argentina o de cualquier club. La suma de individualidades tiene que jugar en función del equipo.

Fuente: Diario Ole

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